La oposición venezolana quiere seleccionar a un único candidato que compita con Hugo Chávez
Americaeconomica.com
La oposición venezolana está convencida de que con un único candidato podría derrotar al presidente Hugo Chávez en las próximas elecciones del 3 de diciembre. Todos los partidos contrarios al actual Gobierno están de acuerdo en formar una piña en torno a un elegido. Pero tras este proceso de selección subyacen algunos recelos. Algo que frena la presentación de la candidatura del político que más probabilidades tiene para convertirse en el contrincante de Chávez: Teodoro Petkoff.
El editor del diario Tal Cual, que ha criticado duramente al Gobierno de Chávez, no ha dicho oficialmente que será aspirante presidencial. A pesar de ello, las quinielas están a su favor. En el ránking de los favoritos también destaca Manuel Rosales, el gobernador del Estado de Zulia, la región más grande y rica de todo el país. Él tampoco ha presentado su candidatura. Sin embargo, los partidos de la oposición que tienen más calado en el país, como Acción Democrática (AD), la agrupación más numerosa, y el Movimiento Al Socialismo (MAS), del que Petkoff fue militante, claman por su participación y le aseguran su apoyo.
Si ambos formalizan su candidatura, tendrían que competir con los aspirantes presidenciales de los tres partidos de la oposición que ya han elegido y presentado oficialmente a sus aspirantes presidenciales: Julio Borges, de Primero Justicia (PJ), Willian Ojeda, de Un sólo Pueblo (USP), y Robert Smith de Venezuela de Primera (VP). De estos tres, tan sólo Julio Borges es considerado como el único que tendría posibilidades.
La forma de selección no está definida. Julio Borges, el inspirador de esta estrategia con la que se definiría a una sola postulación contra Chávez, ha propuesto realizar unas elecciones primarias. Pero no ha precisado ningún detalle de cómo realizarlas.
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La oposición venezolana está convencida de que con un único candidato podría derrotar al presidente Hugo Chávez en las próximas elecciones del 3 de diciembre. Todos los partidos contrarios al actual Gobierno están de acuerdo en formar una piña en torno a un elegido. Pero tras este proceso de selección subyacen algunos recelos. Algo que frena la presentación de la candidatura del político que más probabilidades tiene para convertirse en el contrincante de Chávez: Teodoro Petkoff.
El editor del diario Tal Cual, que ha criticado duramente al Gobierno de Chávez, no ha dicho oficialmente que será aspirante presidencial. A pesar de ello, las quinielas están a su favor. En el ránking de los favoritos también destaca Manuel Rosales, el gobernador del Estado de Zulia, la región más grande y rica de todo el país. Él tampoco ha presentado su candidatura. Sin embargo, los partidos de la oposición que tienen más calado en el país, como Acción Democrática (AD), la agrupación más numerosa, y el Movimiento Al Socialismo (MAS), del que Petkoff fue militante, claman por su participación y le aseguran su apoyo.
Si ambos formalizan su candidatura, tendrían que competir con los aspirantes presidenciales de los tres partidos de la oposición que ya han elegido y presentado oficialmente a sus aspirantes presidenciales: Julio Borges, de Primero Justicia (PJ), Willian Ojeda, de Un sólo Pueblo (USP), y Robert Smith de Venezuela de Primera (VP). De estos tres, tan sólo Julio Borges es considerado como el único que tendría posibilidades.
La forma de selección no está definida. Julio Borges, el inspirador de esta estrategia con la que se definiría a una sola postulación contra Chávez, ha propuesto realizar unas elecciones primarias. Pero no ha precisado ningún detalle de cómo realizarlas.
Las dudas surgen sobre si en estos comicios deberían participar sólo los militantes de los partidos o todos los venezolanos. Esta segunda opción implicaría que los miembros del partido de Chávez también tendrían derecho a voto. Además, el órgano regidor sería el Consejo Nacional Electoral (CNE), que ahora está fuertemente cuestionado por toda la oposición. Ante este panorama, los partidos de la oposición podrían designar al candidato presidencial a través de un consenso entre ellos.
Los perfiles de los dos predilectos favoritos tienen en común una tendencia de centro-izquierda. Petkoff fue guerrillero y también transitó por el Partido Comunista (PC) antes de afiliarse al Movimiento Al Socialismo (MAS). Ya tiene experiencia en las carreras presidenciales. Ha sido candidato en dos ocasiones y llegó a ser ministro de Planificación en el Gobierno de Caldera, que precedió al de Hugo Chávez. Los que le conocen destacan de él su voluntad para el diálogo y su conocimento de Venezuela.
Manuel Rosales comenzó su carrera política en las filas de Acción Democrática (AD) y ahora lidera un partido que ha creado él mismo, Nuevo Tiempo, situado en la centro-izquierda. Los miembros de la oposición saben que no es un líder muy carismático, pero quieren que presente su candidatarua. Creen que sería un buen rival para Chávez. Cuentan con el ejemplo de los resultados electorales en Zulia, donde el Movimiento V República (MVR) siempre ha quedado muy por detrás de Rosales.
Estas dos figuras convencen más que Julio Borges, que representa la tendencia de centro-derecha a través de Primero Justicia, un partido nuevo que se ha hecho con los gobiernos de las provincias de Chaco y Balbuta y que representa a los sectores de clase media en adelante. Él tendría el respaldo de los partidos más tradicionalistas, entre ellos la Copei. Julio Borges es el inspirador de la idea de elegir a un único candidato y, por el momento, el hecho de que haya presentado su candidatura le coloca en primer lugar, aunque su posición es virtual. Las quinielas favorecen más a Petkoff y a Rosales.
Julio Borges ha declarado en una entrevista concedida a Americaeconomica.com que no le asusta la competencia e incluso anima a los que pueden convertirse en sus máximos oponentes a que den el paso y presenten su candidatura. En su oponión, lo más importante para Venezuela, y por tanto, para él, es cambiar la política del país. Algo que sólo se puede conseguir derrocando a Hugo Chávez.
Pero estas postulaciones están sujetas a que cambien algunos puntos del funcionamiento electoral. Fuentes del entorno de Petkoff aseguran que si el Gobierno de Chávez atiende las peticiones de la oposición y corrige lo que los partidos contrarios al Ejecutivo consideran como imperfecciones electorales, el 3 de diciembre los venezolanos podrían convertir con su voto al editor de Tal Cual en presidente.
Todos los grupos de la oposición están disconformes con la configuración actual CNE. Critican que el presidente del máximo organismo electoral, el responsable de la organización de los comicios, Jorge Rodríguez, tenga vínculos de consanguineidad con el Ejecutivo de Chávez. La hermana de Rodríguez es la secretaria de la Presidencia de la República. Esta petición se da en un momento estratégico. La Asamblea Nacional debe renovar a los cinco miembros del directorio de la CNE.
Además, la oposición también quiere que se eliminen las denominadas máquinas "caza-huellas". Unos dispositivos electrónicos que sirven para identificar a los votantes con su sistema digitalizado a través de las huellas dactilares. Un sistema muy polémico, pues algunos técnicos de los partidos contrarios a Chávez aseguran que estos dispositivos están conectados directamente con las máquinas de votación automáticas.
Aunque parezca curioso, los instrumentos electorales en Venezuela son muy modernos. Los ciudadanos acuden a los colegios electorales y en una cabina privada pulsan en un panel electrónico a su candidato favorito. Antes han sido identificados en el "caza-huellas". De ahí se imprime la conocida papeleta que se introduce en las urnas. A pesar de los avances de la tecnología, son muchos los que opinan que este método es susceptible de manipulación. Para evitar posibles irregularidades, la oposición quiere el derecho de recontar manualmente las papeletas y que su escrutinio sea vinculante.
También se recela sobre el padrón electoral. La oposición quiere tener permiso para auditar este registro. Los venezolanos tienen que incribirse en el censo si quieren ejercer su derecho al voto. En anteriores citas electorales, se detectaron algunas irregularidades, como la inclusión en esta lista de personas extranjeras que no tenían derecho al voto.
Estas cuestiones mantienen en vilo a los grupos de la oposición. Entre ellos a Acción Democrática (AD), que no asegura su participación en las elecciones si el Gobierno no garantizara transparencia en el proceso electoral.
Los perfiles de los dos predilectos favoritos tienen en común una tendencia de centro-izquierda. Petkoff fue guerrillero y también transitó por el Partido Comunista (PC) antes de afiliarse al Movimiento Al Socialismo (MAS). Ya tiene experiencia en las carreras presidenciales. Ha sido candidato en dos ocasiones y llegó a ser ministro de Planificación en el Gobierno de Caldera, que precedió al de Hugo Chávez. Los que le conocen destacan de él su voluntad para el diálogo y su conocimento de Venezuela.
Manuel Rosales comenzó su carrera política en las filas de Acción Democrática (AD) y ahora lidera un partido que ha creado él mismo, Nuevo Tiempo, situado en la centro-izquierda. Los miembros de la oposición saben que no es un líder muy carismático, pero quieren que presente su candidatarua. Creen que sería un buen rival para Chávez. Cuentan con el ejemplo de los resultados electorales en Zulia, donde el Movimiento V República (MVR) siempre ha quedado muy por detrás de Rosales.
Estas dos figuras convencen más que Julio Borges, que representa la tendencia de centro-derecha a través de Primero Justicia, un partido nuevo que se ha hecho con los gobiernos de las provincias de Chaco y Balbuta y que representa a los sectores de clase media en adelante. Él tendría el respaldo de los partidos más tradicionalistas, entre ellos la Copei. Julio Borges es el inspirador de la idea de elegir a un único candidato y, por el momento, el hecho de que haya presentado su candidatura le coloca en primer lugar, aunque su posición es virtual. Las quinielas favorecen más a Petkoff y a Rosales.
Julio Borges ha declarado en una entrevista concedida a Americaeconomica.com que no le asusta la competencia e incluso anima a los que pueden convertirse en sus máximos oponentes a que den el paso y presenten su candidatura. En su oponión, lo más importante para Venezuela, y por tanto, para él, es cambiar la política del país. Algo que sólo se puede conseguir derrocando a Hugo Chávez.
Pero estas postulaciones están sujetas a que cambien algunos puntos del funcionamiento electoral. Fuentes del entorno de Petkoff aseguran que si el Gobierno de Chávez atiende las peticiones de la oposición y corrige lo que los partidos contrarios al Ejecutivo consideran como imperfecciones electorales, el 3 de diciembre los venezolanos podrían convertir con su voto al editor de Tal Cual en presidente.
Todos los grupos de la oposición están disconformes con la configuración actual CNE. Critican que el presidente del máximo organismo electoral, el responsable de la organización de los comicios, Jorge Rodríguez, tenga vínculos de consanguineidad con el Ejecutivo de Chávez. La hermana de Rodríguez es la secretaria de la Presidencia de la República. Esta petición se da en un momento estratégico. La Asamblea Nacional debe renovar a los cinco miembros del directorio de la CNE.
Además, la oposición también quiere que se eliminen las denominadas máquinas "caza-huellas". Unos dispositivos electrónicos que sirven para identificar a los votantes con su sistema digitalizado a través de las huellas dactilares. Un sistema muy polémico, pues algunos técnicos de los partidos contrarios a Chávez aseguran que estos dispositivos están conectados directamente con las máquinas de votación automáticas.
Aunque parezca curioso, los instrumentos electorales en Venezuela son muy modernos. Los ciudadanos acuden a los colegios electorales y en una cabina privada pulsan en un panel electrónico a su candidato favorito. Antes han sido identificados en el "caza-huellas". De ahí se imprime la conocida papeleta que se introduce en las urnas. A pesar de los avances de la tecnología, son muchos los que opinan que este método es susceptible de manipulación. Para evitar posibles irregularidades, la oposición quiere el derecho de recontar manualmente las papeletas y que su escrutinio sea vinculante.
También se recela sobre el padrón electoral. La oposición quiere tener permiso para auditar este registro. Los venezolanos tienen que incribirse en el censo si quieren ejercer su derecho al voto. En anteriores citas electorales, se detectaron algunas irregularidades, como la inclusión en esta lista de personas extranjeras que no tenían derecho al voto.
Estas cuestiones mantienen en vilo a los grupos de la oposición. Entre ellos a Acción Democrática (AD), que no asegura su participación en las elecciones si el Gobierno no garantizara transparencia en el proceso electoral.
Podría ocurrir de nuevo lo mismo que en las elecciones legislativa del pasado mes de diciembre, cuando todos los partidos renunciaron. Un hecho que ha provocado que la Asamblea Nacional esté íntegramente compuesta por diputados del partido de Chávez o aliados.
Desde la oposición creen que esta abstinencia daña la legitimidad del Gobierno de Chávez y quieren aprovechar este supuesto perjuicio. Están seguros de que es la única forma de conseguir algún cambio. Creen que es posible que de una forma imprevista el presidente Chávez decrete la modificación de estos polémicos procesos electorales.
Aunque esto no ocurra, la oposición podría tener otro aval que hiciera el proceso electoral más transparente. Se trata de la mediciación de la Iglesia. Algunos miembros de la jerarquía eclesiástica venezolana, entre ellos el arzobispo de Caracas, Jorge Usora Sabino, que acaba de ser nombrado cardenal por el Papa Benedicto XVI, apuestan por establecer un el diálogo.
El cardenal Sabino anunció hace dos semanas que la Iglesia estaba interesada en participar en el Comité de la Asamblea Nacional que debe seleccionar a los miembros del Consejo Nacional Electoral. Una opción que ha descartado el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). Pero aún sin participar en esta elección, algunos de los miembros de forma individualizada están dispuestos a promover un entendimiento entre el partido del Gobierno y la oposición.
Todo parece indicar que habrá que esperar a que la situación se defina y se conozcan las condiciones reales del proceso electoral para saber si en la cita en la urnas del próximo 3 de diciembre Chávez tendrá a algún oponente. El pesimismo es un sentimiento latente entre los venezolanos, pero saben que las cosas pueden cambiar. Si el Gobierno modifica las actuales reglas del juego las aspiraciones de la oposición se cumplirían. Su participación estaría asegurada. Lo más probable es que se elija a Petkoff, aunque su entorno no descarta la fórmula Petkoff-Rosales. El primero sería candidato a la Presidencia y el segundo a la Vicepresidencia.
Desde la oposición creen que esta abstinencia daña la legitimidad del Gobierno de Chávez y quieren aprovechar este supuesto perjuicio. Están seguros de que es la única forma de conseguir algún cambio. Creen que es posible que de una forma imprevista el presidente Chávez decrete la modificación de estos polémicos procesos electorales.
Aunque esto no ocurra, la oposición podría tener otro aval que hiciera el proceso electoral más transparente. Se trata de la mediciación de la Iglesia. Algunos miembros de la jerarquía eclesiástica venezolana, entre ellos el arzobispo de Caracas, Jorge Usora Sabino, que acaba de ser nombrado cardenal por el Papa Benedicto XVI, apuestan por establecer un el diálogo.
El cardenal Sabino anunció hace dos semanas que la Iglesia estaba interesada en participar en el Comité de la Asamblea Nacional que debe seleccionar a los miembros del Consejo Nacional Electoral. Una opción que ha descartado el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). Pero aún sin participar en esta elección, algunos de los miembros de forma individualizada están dispuestos a promover un entendimiento entre el partido del Gobierno y la oposición.
Todo parece indicar que habrá que esperar a que la situación se defina y se conozcan las condiciones reales del proceso electoral para saber si en la cita en la urnas del próximo 3 de diciembre Chávez tendrá a algún oponente. El pesimismo es un sentimiento latente entre los venezolanos, pero saben que las cosas pueden cambiar. Si el Gobierno modifica las actuales reglas del juego las aspiraciones de la oposición se cumplirían. Su participación estaría asegurada. Lo más probable es que se elija a Petkoff, aunque su entorno no descarta la fórmula Petkoff-Rosales. El primero sería candidato a la Presidencia y el segundo a la Vicepresidencia.
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