Expresan su profunda preocupación porque la inseguridad, el uso y tráfico de drogas y estupefacientes, la corrupción, la trata de seres humanos, la injusticia y la violencia están menoscabando la integridad
10 de julio 2008 01:03 pm -
10 de julio 2008 01:03 pm -
Sede de la Conferencia Episcopal Archivo
El presidente de la Comisión Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Venezolana, José Luis Azuaje, junto al Monseñor de Carúpano, Manuel Felipe Díaz, y el Obispo Auxiliar de Caracas, Luis Armando Tineo Rivera, presentaron en rueda de prensa a los medios un comunicado en nombre de los obispos de Venezuela, en el que alertan a la sociedad civil y hacen un llamado al gobierno por la crisis social existente.
En el texto, los clérigos expresan su profunda preocupación por los flagelos que están menoscabando la integridad de la ciudadanía y la familia venezolana, tales como la inseguridad, el uso y tráfico de drogas y estupefacientes, la corrupción, la trata de seres humanos para prostitución y explotación, la injusticia y la violencia, entre otras.
Los representantes de Dios aseguran que todos esos males que aquejan a la sociedad están sumiendo a la población en una realidad cada vez más oscurecida por la violencia y que lejos de mejorar, observan como día a día la situación empeora sin vislumbrar soluciones permanentes que garanticen la paz social.
Los obispos afirman que el escenario ha debilitado la familia como pilar fundamental de la sociedad, ya que día a día se enluta con la pérdida de seres queridos, por lo que expresaron la conveniencia de hacer el llamado a "un No a la violencia y un Si a la vida y al amor".
Consideran que el más grave problema que sufre la sociedad venezolana es la inseguridad física, jurídica y económica por el detrimento de las instituciones y de la seguridad integral social.
Advierten que ciertas normativas promovidas por el gobierno atentan contra la educación en Venezuela y expresaron preocupación por las dificultades demostradas por las instituciones gubernamentales, para el cumplimiento de los acuerdos con las instituciones educativas cristianas y católicas, ya que las mismas merecen un trato justo como cualquier otro tipo de instituciones educativas.
Los eclesiásticos también expresaron su desacuerdo con las inhabilitaciones políticas por considerarlas anticonstitucionales.
Asimismo exhortaron a la población a ejercer su debido derecho al voto en las próximas elecciones de noviembre ya que "no estarán en juego simples cargos políticos sino valores propios de la democracia como la libertad, la honestidad, la justicia y la paz".
Aseguraron que el pueblo quiere la vida digna y esta se consigue con un proceso político que prodigue la paz y el diálogo, no con un clima de conflictividad.
El presidente de la Comisión Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Venezolana, José Luis Azuaje, junto al Monseñor de Carúpano, Manuel Felipe Díaz, y el Obispo Auxiliar de Caracas, Luis Armando Tineo Rivera, presentaron en rueda de prensa a los medios un comunicado en nombre de los obispos de Venezuela, en el que alertan a la sociedad civil y hacen un llamado al gobierno por la crisis social existente.
En el texto, los clérigos expresan su profunda preocupación por los flagelos que están menoscabando la integridad de la ciudadanía y la familia venezolana, tales como la inseguridad, el uso y tráfico de drogas y estupefacientes, la corrupción, la trata de seres humanos para prostitución y explotación, la injusticia y la violencia, entre otras.
Los representantes de Dios aseguran que todos esos males que aquejan a la sociedad están sumiendo a la población en una realidad cada vez más oscurecida por la violencia y que lejos de mejorar, observan como día a día la situación empeora sin vislumbrar soluciones permanentes que garanticen la paz social.
Los obispos afirman que el escenario ha debilitado la familia como pilar fundamental de la sociedad, ya que día a día se enluta con la pérdida de seres queridos, por lo que expresaron la conveniencia de hacer el llamado a "un No a la violencia y un Si a la vida y al amor".
Consideran que el más grave problema que sufre la sociedad venezolana es la inseguridad física, jurídica y económica por el detrimento de las instituciones y de la seguridad integral social.
Advierten que ciertas normativas promovidas por el gobierno atentan contra la educación en Venezuela y expresaron preocupación por las dificultades demostradas por las instituciones gubernamentales, para el cumplimiento de los acuerdos con las instituciones educativas cristianas y católicas, ya que las mismas merecen un trato justo como cualquier otro tipo de instituciones educativas.
Los eclesiásticos también expresaron su desacuerdo con las inhabilitaciones políticas por considerarlas anticonstitucionales.
Asimismo exhortaron a la población a ejercer su debido derecho al voto en las próximas elecciones de noviembre ya que "no estarán en juego simples cargos políticos sino valores propios de la democracia como la libertad, la honestidad, la justicia y la paz".
Aseguraron que el pueblo quiere la vida digna y esta se consigue con un proceso político que prodigue la paz y el diálogo, no con un clima de conflictividad.
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