martes, 18 de mayo de 2010

Sadio Garavini Di Turno // Unidad y elecciones

En vista de las cruciales elecciones parlamentarias del próximo 26 de septiembre, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), integrada por los múltiples partidos y grupos de la sociedad civil que conforman la alternativa democrática al neototalitarismo chavista, ha logrado la hazaña de presentar candidaturas unitarias en todo el país. Poner de acuerdo a numerosos grupos y personalidades con distintas ideologías, proyectos y ambiciones fue un verdadero milagro. No se seleccionaron, en todos los casos, los más preparados y adecuados para el cargo, ni los más populares. Pero, eso es absolutamente normal en los movimientos democráticos. Los parlamentarios no pueden ser sólo los más capacitados profesional e intelectualmente, sino hay que darle espacio también a aquéllos que han gastado las suelas de sus zapatos para organizar los partidos democráticos en los barrios populares. También, hay unos pocos descontentos.

Algunos reclamos tienen cierta legitimidad. Sin embargo, dada la gravedad de la amenaza a los residuos de lo que fue una democracia imperfecta pero perfectible, es fundamental que todos los grupos e individuos estén a la altura del tiempo histórico y sepan sacrificar un poco sus ambiciones y proyectos, en aras de la necesaria unidad. Las pocas "gallinetas de vuelo rasante", que no sepan elevar su vuelo para ver el "bosque", por encima de la "maleza" de sus mezquinos y suicidas egoísmos, serán aisladas y relegadas a la basura de la historia. Dados el sistema electoral mayoritario impuesto por el Gobierno, la sobre-representación de los sectores rurales, el descarado ventajismo, el abuso ilegal de los fondos públicos, las inhabilitaciones y los arrestos arbitrarios de líderes de la oposición, sólo con la unidad perfecta de los demócratas es factible interrumpir y revertir la deriva totalitaria del régimen.

Los grupos de oposición que, basándose en la naturaleza no democrática del caudillo militarista, consideran imposible que Chávez acepte la derrota electoral y mucho menos abandone el poder, tienden a estar infectados por el morbo deletéreo y "castrante" del abstencionismo. Las elecciones no son suficientes, pero son absolutamente necesarias para la liberación de Venezuela. Las elecciones no se limitan al acto electoral, sino crean las condiciones para movilizar, organizar y entusiasmar al pueblo opositor y atraer a los sectores indecisos y a los chavistas, decepcionados por la ineficiencia e incapacidad del régimen. Si Chávez no reconociese un triunfo anunciado por todas las encuestas serias, estaríamos a las puertas del inicio del fin del régimen, recordemos a este respecto los fraudes electorales de Marcos en Filipinas y de Fujimori en Perú, entre otros.

En efecto, la derrota y, aún sin perder la mayoría de diputados, el fuerte debilitamiento del apoyo popular al "Mesías", crearían las bases para que magistrados, militares y diputados oficialistas empiecen a pensar en su "plan B". Las deserciones del chavismo que, en estos últimos tiempos ya se han dado, se multiplicarían y acelerarían.

El voto castigo para un gobierno incapaz será relevante, sin embargo los pueblos votan y se entusiasman fundamentalmente por aquéllos que le dan esperanza en un futuro mejor. La unidad democrática es absolutamente imprescindible, pero no es suficiente.

Es necesario proyectar un mensaje de esperanza y de cambio, particularmente entre los desilusionados del neocomunismo chavista.



sadiogta@gmail.com

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