"El rescate de la nación lo vamos a hacer desde el interior del país"
"El hecho de ser jóvenes es un extra en la vida política, pero no puede ser el criterio definitorio"
Para Verónica Brito (UNT) todas las expectativas son positivas. Habla con mucha convicción y fluidez y de eso dio demostración cuando fue la portavoz de la juventud en el acto de la Mesa de la Unidad Democrática el sábado 15 de mayo en el estadio "Papá" Carrillo. Su frescura invita al tuteo durante la entrevista.
Hija y nieta de militantes de Acción Democrática, prefirió sumarse a Un Nuevo Tiempo (UNT). A sus 21 años es la postulada más joven de los 330 candidatos a la Asamblea Nacional. Encabeza la lista de Delta Amacuro.
-¿Te sientes un espécimen representativo de la juventud venezolana o una rara avis? -Yo soy una muestra de la juventud que se ha venido formando y que toma voz en mí y en una cantidad de muchachos que aspiramos a ser electos en septiembre. Somos una muestra de la juventud que está lista para asumir las riendas.
-¿Qué expectativas tienes con el ejercicio político? -La principal es generar un espacio de transformación para el país. Se está marcando una pauta en positivo y hay gran receptividad. La gente pide un cambio que vaya de la mano de la alternativa democrática, pero también pide que los represente la juventud y desde la unidad hemos logrado ofertar eso.
-¿Compartes la crítica de que los partidos políticos no abren espacios a los jóvenes? -Nosotros debemos dejar de ser concebidos como una cuota y pasar a ser concebidos por los espacios que nos hemos ganado democrática y legítimamente. El hecho de ser jóvenes es un extra en la vida política pero no puede ser el criterio definitorio para que asumamos esos espacios. Todos, desde la juventud, tenemos que creer en el trabajo y en el nombre que podamos forjarnos. En mi caso y en el de otros que venimos de la lucha estudiantil, estamos tratando de extrapolar hacia la calle una representación que nos hemos ganado dando la cara. Es en esa medida como nosotros podemos garantizar nuestra participación directa en los partidos políticos.
-Han aparecido jóvenes aspirantes que, a veces, muestran una mentalidad vieja.
-Es el momento de que de una vez por todas renovemos la práctica política. Se dice mucho que la política es mala, llena de vicios, es perversa, y yo siempre trato de exaltar sus valores positivos. La política es una herramienta para trabajar por la gente, para servirle al prójimo, es una herramienta para que seamos instrumento y protagonistas del cambio que merece nuestro entorno. La política es muy bonita y muy positiva. Yo me confieso enamorada de mi país y de la práctica política, porque pienso que puede darse en positivo y ese es el ejemplo que estamos tratando de dar. No creo que haya jóvenes con mentalidad de viejos, sino que a veces se nos vende la idea de que tal cosa conduce a tal resultado. Invitamos a la gente a que, como es el momento de derrotar esos paradigmas, abramos los caminos para ver que hay maneras distintas de hacer la práctica política.
-¿Esa manera "distinta" no se trata más que de hacer política con P mayúscula? -Yo creo que la política con mayúscula es la que responde a los valores, al trabajo y a la ética. Mientras que estemos claros que la meta mayor es el bienestar, el progreso y la paz, esa meta mayor nos va a conducir a mecanismos de acción que vayan de la mano con esa ética que a veces se ha dejado un poquito de lado. En la medida en que entendamos que la meta mayor es el progreso, entonces los caminos nos van a conducir a través de la ética por ese lado. En el momento en que nosotros desvirtuemos nuestra meta hacia ambiciones personales, en ese momento es que estamos desvirtuando esa práctica política que, por excelencia, no es mala sino que ha quedado así por ese desvío.
-Tengo entendido que al terminar tus estudios en Caracas quieres volver a hacer política en Delta Amacuro. -Ese estado me ha aportado todo en mi formación. Yo soy parte de esa minoría que en Delta Amacuro ha tenido acceso a la educación superior, que apenas se está dando allá en términos precarios. Ahora me toca devolverle al Delta mucho de lo que me ha dado. Mi lucha no es por el rescate de un estado sino de un país, por el bienestar de toda una sociedad. Yo invito a todos los que vinieron a estudiar en la capital a que vuelvan a sus regiones. Yo estoy convencida de que el rescate de esta nación lo vamos a hacer desde el interior del país. Todos trabajando en nuestras regiones y dándole esa primacía que merecen todos los estados. Así es como podemos garantizar no solo la pluralidad desde la Asamblea Nacional, sino el trabajo mancomunado. -¿Desde cuándo sentiste inquietud por lo colectivo?
-Creo que desde siempre. En bachillerato (Colegio Sagrada Familia) fui electa los cinco años consecutivos delegada de salón, rompí un récord. Siempre fui la voz de unos cuantos. Ahorita vivimos en una sociedad altamente politizada y esto define nuestras vidas. Yo viví situaciones fuertes el 11A y eso le hace pensar a uno que debe participar. Al llegar a estudiar Ciencias Políticas en la UCV yo elegí usar esos instrumentos que me dan allí para integrarme a la práctica política.
Decidí que no podía quedarme y ver cómo delante de mí pasaba esta realidad y no ser partícipe de ella, yo decidí poner mi granito de arena para construir una realidad mejor. Sentada en un pupitre veía que había cosas del entorno de mi escuela que había que cambiar y comencé por allí. Luego vi la realidad de mi universidad y me dije: tengo que participar y construir una mejor universidad y me di cuenta de que no podemos construir una universidad libre, democrática y plural, desinsertada de la sociedad. Al Grupo 100% Estudiantes, que es con el que he estado, se nos critica que estamos muy vinculados a la calle, pero ¡cónchale! es que no podemos concebir universidad sin concebir el país, son cosas que van de la mano. Ahora, a través de la candidatura a la Asamblea Nacional vamos a tener un resultado favorable porque hay una sociedad descontenta, que está pidiendo respuestas.
-¿Cuál es tu prioridad legislativa para Delta? -Los diputados actuales no han levantado la mano ni una sola vez para discutir los problemas del estado. Una de las cosas que hay que revisar es la Ley de los Pueblos Indígenas. Hay un avance en el trato hacia el indígena, pero sigue siendo el deltano más maltratado por la economía. Deben generarse mecanismos de desarrollo social y económico para el indígena que consideren su cultura y sus costumbres. En segunda instancia, los servicios básicos. El racionamiento eléctrico es un tema muy nuevo para el resto del país, pero en Delta tenemos diez años con racionamiento de electricidad.
La AN debe legislar para todos y revisar que la inversión se haga de forma certera en todos los servicios básicos, que en el caso de Delta Amacuro están muy maltrechos. Todos los candidatos de la unidad debemos tener claro que lo principal es devolverle a la Asamblea Nacional la función legislativa y contralora y en esa medida podemos obtener instituciones plurales, autónomas, libres, que garanticen calidad de vida.
-¿Cómo te seleccionaron para ser portavoz y qué pensaste decir en el acto del 15?
-Fue tremenda responsabilidad. Estábamos reunidos un grupo de muchachos de UNT y resulta que hay muy pocas mujeres y eso garantiza inclusión. Además, soy la candidata más joven, creo que eso definió mi participación en el acto. Yo lo que pensé es que el país necesita un mensaje de esperanza. Nosotros ya hemos denunciado muchas veces las arbitrariedades de este régimen autoritario, pero, más allá de eso, el país necesita una alternativa que va de la mano con la propuesta, con la unidad, con el cambio, y eso yo se lo quería transmitir a la gente. La gente no quiere tener su vida politizada ni estar preocupada por cómo va a comprar la comida o por la inseguridad. La gente quiere vivir en paz y eso fue lo que yo traté de transmitir, que nosotros también queremos eso y ofrecemos una sociedad segura, una sociedad igualitaria, con oportunidades y que el camino es este, la unidad.
Lo que les queda a los demás es integrarse y votar, porque nos estamos jugando dos visiones de país: una que tuvo su oportunidad durante once años y nos ha llenado de decepciones y otra visión que propone un cambio, devolviéndole la esperanza a un pueblo. Queda de los ciudadanos pasar de ser espectadores de una realidad opaca a convertirse en protagonistas de un futuro brillante. En la medida en que todos alcemos la voz, serán más exitosas las propuestas que todos queremos aportar para el país.
"El hecho de ser jóvenes es un extra en la vida política, pero no puede ser el criterio definitorio"
Para Verónica Brito (UNT) todas las expectativas son positivas. Habla con mucha convicción y fluidez y de eso dio demostración cuando fue la portavoz de la juventud en el acto de la Mesa de la Unidad Democrática el sábado 15 de mayo en el estadio "Papá" Carrillo. Su frescura invita al tuteo durante la entrevista.
Hija y nieta de militantes de Acción Democrática, prefirió sumarse a Un Nuevo Tiempo (UNT). A sus 21 años es la postulada más joven de los 330 candidatos a la Asamblea Nacional. Encabeza la lista de Delta Amacuro.
-¿Te sientes un espécimen representativo de la juventud venezolana o una rara avis? -Yo soy una muestra de la juventud que se ha venido formando y que toma voz en mí y en una cantidad de muchachos que aspiramos a ser electos en septiembre. Somos una muestra de la juventud que está lista para asumir las riendas.
-¿Qué expectativas tienes con el ejercicio político? -La principal es generar un espacio de transformación para el país. Se está marcando una pauta en positivo y hay gran receptividad. La gente pide un cambio que vaya de la mano de la alternativa democrática, pero también pide que los represente la juventud y desde la unidad hemos logrado ofertar eso.
-¿Compartes la crítica de que los partidos políticos no abren espacios a los jóvenes? -Nosotros debemos dejar de ser concebidos como una cuota y pasar a ser concebidos por los espacios que nos hemos ganado democrática y legítimamente. El hecho de ser jóvenes es un extra en la vida política pero no puede ser el criterio definitorio para que asumamos esos espacios. Todos, desde la juventud, tenemos que creer en el trabajo y en el nombre que podamos forjarnos. En mi caso y en el de otros que venimos de la lucha estudiantil, estamos tratando de extrapolar hacia la calle una representación que nos hemos ganado dando la cara. Es en esa medida como nosotros podemos garantizar nuestra participación directa en los partidos políticos.
-Han aparecido jóvenes aspirantes que, a veces, muestran una mentalidad vieja.
-Es el momento de que de una vez por todas renovemos la práctica política. Se dice mucho que la política es mala, llena de vicios, es perversa, y yo siempre trato de exaltar sus valores positivos. La política es una herramienta para trabajar por la gente, para servirle al prójimo, es una herramienta para que seamos instrumento y protagonistas del cambio que merece nuestro entorno. La política es muy bonita y muy positiva. Yo me confieso enamorada de mi país y de la práctica política, porque pienso que puede darse en positivo y ese es el ejemplo que estamos tratando de dar. No creo que haya jóvenes con mentalidad de viejos, sino que a veces se nos vende la idea de que tal cosa conduce a tal resultado. Invitamos a la gente a que, como es el momento de derrotar esos paradigmas, abramos los caminos para ver que hay maneras distintas de hacer la práctica política.
-¿Esa manera "distinta" no se trata más que de hacer política con P mayúscula? -Yo creo que la política con mayúscula es la que responde a los valores, al trabajo y a la ética. Mientras que estemos claros que la meta mayor es el bienestar, el progreso y la paz, esa meta mayor nos va a conducir a mecanismos de acción que vayan de la mano con esa ética que a veces se ha dejado un poquito de lado. En la medida en que entendamos que la meta mayor es el progreso, entonces los caminos nos van a conducir a través de la ética por ese lado. En el momento en que nosotros desvirtuemos nuestra meta hacia ambiciones personales, en ese momento es que estamos desvirtuando esa práctica política que, por excelencia, no es mala sino que ha quedado así por ese desvío.
-Tengo entendido que al terminar tus estudios en Caracas quieres volver a hacer política en Delta Amacuro. -Ese estado me ha aportado todo en mi formación. Yo soy parte de esa minoría que en Delta Amacuro ha tenido acceso a la educación superior, que apenas se está dando allá en términos precarios. Ahora me toca devolverle al Delta mucho de lo que me ha dado. Mi lucha no es por el rescate de un estado sino de un país, por el bienestar de toda una sociedad. Yo invito a todos los que vinieron a estudiar en la capital a que vuelvan a sus regiones. Yo estoy convencida de que el rescate de esta nación lo vamos a hacer desde el interior del país. Todos trabajando en nuestras regiones y dándole esa primacía que merecen todos los estados. Así es como podemos garantizar no solo la pluralidad desde la Asamblea Nacional, sino el trabajo mancomunado. -¿Desde cuándo sentiste inquietud por lo colectivo?
-Creo que desde siempre. En bachillerato (Colegio Sagrada Familia) fui electa los cinco años consecutivos delegada de salón, rompí un récord. Siempre fui la voz de unos cuantos. Ahorita vivimos en una sociedad altamente politizada y esto define nuestras vidas. Yo viví situaciones fuertes el 11A y eso le hace pensar a uno que debe participar. Al llegar a estudiar Ciencias Políticas en la UCV yo elegí usar esos instrumentos que me dan allí para integrarme a la práctica política.
Decidí que no podía quedarme y ver cómo delante de mí pasaba esta realidad y no ser partícipe de ella, yo decidí poner mi granito de arena para construir una realidad mejor. Sentada en un pupitre veía que había cosas del entorno de mi escuela que había que cambiar y comencé por allí. Luego vi la realidad de mi universidad y me dije: tengo que participar y construir una mejor universidad y me di cuenta de que no podemos construir una universidad libre, democrática y plural, desinsertada de la sociedad. Al Grupo 100% Estudiantes, que es con el que he estado, se nos critica que estamos muy vinculados a la calle, pero ¡cónchale! es que no podemos concebir universidad sin concebir el país, son cosas que van de la mano. Ahora, a través de la candidatura a la Asamblea Nacional vamos a tener un resultado favorable porque hay una sociedad descontenta, que está pidiendo respuestas.
-¿Cuál es tu prioridad legislativa para Delta? -Los diputados actuales no han levantado la mano ni una sola vez para discutir los problemas del estado. Una de las cosas que hay que revisar es la Ley de los Pueblos Indígenas. Hay un avance en el trato hacia el indígena, pero sigue siendo el deltano más maltratado por la economía. Deben generarse mecanismos de desarrollo social y económico para el indígena que consideren su cultura y sus costumbres. En segunda instancia, los servicios básicos. El racionamiento eléctrico es un tema muy nuevo para el resto del país, pero en Delta tenemos diez años con racionamiento de electricidad.
La AN debe legislar para todos y revisar que la inversión se haga de forma certera en todos los servicios básicos, que en el caso de Delta Amacuro están muy maltrechos. Todos los candidatos de la unidad debemos tener claro que lo principal es devolverle a la Asamblea Nacional la función legislativa y contralora y en esa medida podemos obtener instituciones plurales, autónomas, libres, que garanticen calidad de vida.
-¿Cómo te seleccionaron para ser portavoz y qué pensaste decir en el acto del 15?
-Fue tremenda responsabilidad. Estábamos reunidos un grupo de muchachos de UNT y resulta que hay muy pocas mujeres y eso garantiza inclusión. Además, soy la candidata más joven, creo que eso definió mi participación en el acto. Yo lo que pensé es que el país necesita un mensaje de esperanza. Nosotros ya hemos denunciado muchas veces las arbitrariedades de este régimen autoritario, pero, más allá de eso, el país necesita una alternativa que va de la mano con la propuesta, con la unidad, con el cambio, y eso yo se lo quería transmitir a la gente. La gente no quiere tener su vida politizada ni estar preocupada por cómo va a comprar la comida o por la inseguridad. La gente quiere vivir en paz y eso fue lo que yo traté de transmitir, que nosotros también queremos eso y ofrecemos una sociedad segura, una sociedad igualitaria, con oportunidades y que el camino es este, la unidad.
Lo que les queda a los demás es integrarse y votar, porque nos estamos jugando dos visiones de país: una que tuvo su oportunidad durante once años y nos ha llenado de decepciones y otra visión que propone un cambio, devolviéndole la esperanza a un pueblo. Queda de los ciudadanos pasar de ser espectadores de una realidad opaca a convertirse en protagonistas de un futuro brillante. En la medida en que todos alcemos la voz, serán más exitosas las propuestas que todos queremos aportar para el país.
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