lunes, 21 de diciembre de 2009

AUGE Y DECADENCIA DEL FORO DE SAO PAULO








Chinorrón


Es previsible un dramático giro desfavorable a los propósitos expansionistas del castro chavismo en América Latina. Incluso una modificación tan sustancial de la correlación de fuerzas en el seno de la OEA, que Insulza no sea reelecto.

AUGE Y DECADENCIA DEL FORO DE SAO PAULO
PRIMERA PARTE

Antonio Sánchez García

            El Foro de Sao Paulo pareciera encontrarse al comienzo de su inexorable hundimiento. Observado y medido en tiempos históricos, a veces tan imperceptibles que se los comprende con un siglo de retraso. Pero es altamente probable que la década del Foro esté llegando a su fin. Nació con el propósito de reciclar el socialismo marxista y la dictadura proletaria, anclados para la posteridad histórica en el siglo XX y quebrantados posiblemente para siempre desde el derrumbe de los socialismos reales.

Fue con ese fin que vio la luz  de la mano de las viudas suramericanas de la caída del Muro y el retiro de la Unión Soviética de Cuba,  la extrema izquierda agonizante de Fidel Castro y  la solapada de Lula  da Silva en 1990. Con la comparsa de indigenistas, cocaleros, narcoguerrillas y partidos de la ultraizquierda latinoamericana. Recibió un aviso esperanzador con los golpes de estado escenificados en Venezuela por los comandantes de Hugo Chávez y encontró su verdadero bautismo de fuego con su triunfo electoral de 1998. A través de Chávez se hizo entonces del petróleo venezolano y a través del petróleo venezolano de la OPEP. Comenzaba así la década dorada del Foro de Sao Paulo. Un empuje definitivo por asaltar el poder creyendo revivir la saga bolivariana. Al parecer y a pesar de miles y miles de millones de dólares invertidos desde Caracas por lograrlo de manera semi legal,  comienza su inevitable extinción.
 
            Honduras constituye su punto de quiebre. Si bien las derrotas en el Perú, en México y en Panamá demostraban que el empuje desestabilizador de la revolución bolivariana había tocado techo. La derrota de Ollanta Humala ante el socialdemócrata Alan García en el Perú y la posible victoria del centro derechista Sebastián Piñera en Chile han terminado por fracturar el proyecto estratégico del llamado eje del Pacífico, que va de los Estados Unidos y México, a través de Centro América y Colombia, hasta los países andinos, terminando en Chile. Apenas se vislumbra cuánto invirtió Hugo Chávez en fracturar el régimen de libertades democráticas en Colombia, hacer fracasar el gobierno de Álvaro Uribe, repotenciar a las narcoguerrillas y montar una alternativa de izquierda cercana a su estrategia bolivariana para reconstruir la Gran Colombia. La liquidación del comando de Raúl Reyes y la muerte de Marulanda terminaron por hacer fracasar ese intento.

            El eje Atlántico, articulado en el dominio de sus aliados en Brasil, Uruguay y Argentina tampoco pudo prosperar. La derrota parlamentaria de los Kirchner ha liquidado todo futuro para una revolución bolivariana en Argentina. Muy por el contrario, anticipa el posible triunfo de la centro derecha, como en Chile. Allí de la mano de Marcelo Macri. En Brasil la candidata del lulismo no termina por despegar y todo augura un triunfo de José Serra, de la socialdemocracia brasileña. Uruguay, país tampón entre esas dos potencias regionales, tendrá que aferrarse a la línea moderada dictada por Tabaré Vásquez. Como en El Salvador, donde Funes decide el retiro de la ALBA.
 
            Es previsible, por lo tanto, un dramático giro desfavorable a los propósitos expansionistas del castro chavismo en América Latina. Incluso una modificación tan sustancial de la correlación de fuerzas en el seno de la OEA, que Insulza no sea reelecto o, si lo fuera, se encuentre fuertemente condicionado a modificar sustancialmente su actitud cómplice y apaciguadora hacia las neo dictaduras castro chavistas. Lo cual, reforzado por un fenómeno semejante de pérdida de poder de la izquierda socialdemócrata europea, obligue al gobierno de Barack Obama a endurecer sus posiciones frente al castro-chavismo. Todo lo cual permite concluir en que la gran ilusión de un continente finalmente teñido de rojo no se verá recompensada con los hechos.
 
            Este es el contexto en que se libra la lucha por el Poder en Venezuela, cada hora que pasa más cerca de una definición crucial y más favorable a la democracia. Será el tema de nuestro próximo artículo.
 






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