domingo, 28 de septiembre de 2008

Gustavo Linares Benzo // Lo urgente y lo importante

La oposición dejará de serlo el 24-N y se convertirá en gobierno
El fragor electoral, con una campaña que del lado del oficialismo se ha vuelto pura cortina de humo ante la baja calidad de sus candidatos, no puede hacer olvidar ante la cada vez mayor seguridad de que el 24 de noviembre ya no habrá un solo gobierno que los nuevos gobernantes de oposición deben gobernar mejor que sus pares chavistas.
Luego de diez años de ineptitud, parece tarea fácil, pero la desesperación popular ante la guerra en que se vive por la inseguridad y la pésima prestación de los servicios públicos va a ser muy exigente. La coyuntura electoral revela que habrá mucho voto castigo, cosa normal contra cualquier gobierno que dure una década. Pero también habrá mucha abstención castigo, que es la reacción de los electores de cierta inclinación chavista: ante la incompetencia y corrupción, me quedo en la casa y no voto por ti.
La recuperación de gobernaciones y alcaldías por la oposición tiene que ser el comienzo para que ese sector de la población convierta la abstención en un voto opositor en las elecciones de diputados dentro de dos años y en las presidenciales del 2012. Porque entre otras cosas la oposición dejará de serlo el 24-N y se convertirá en gobierno.
Que la mayoría de los venezolanos tenga gobernadores de oposición exige un buen gobierno. Es refrescante oír al futuro alcalde Ocariz del Municipio Sucre de Miranda cuando maneja con propiedad cifras presupuestarias y estado de los servicios en ese municipio tan importante, información que es la base de un buen plan y de una buena gestión.
Para que esa experiencia se repita en el resto de los estados y municipios, es imprescindible que el acopio de información esté listo mucho antes de la toma de posesión, cosa que es así en muchas circunscripciones pero no en otras. Con ese bagaje las medidas vienen solas. A estas alturas los equipos deben tener ya las líneas gruesas para todo el período y el detalle de los primeros cien días.
Dentro de esas medidas iniciales en las que se juega el destino de todo gobierno, tema fundamental son los nombramientos, el dilema entre lealtad y competencia y el problema de las distribuciones de los nombramientos entre las fuerzas políticas que llevaron al gobernador o alcalde al poder. El dilema en este momento es menos complicado, pues tenemos diez años en un laboratorio real: el fracaso de Chávez se debe a sacrificar la competencia en el altar de la lealtad. glinares@cjlegal.net

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