jueves, 4 de septiembre de 2008

Carlos Raúl Hernández // Submarino amarillo

Si la oposición persiste en la demencia imperdonable, le entregará la plaza al chavismo
Que por qué el caudillo repitió el error de 2007, es una pregunta de difícil respuesta. Insistir en lo que le costó una trascendental derrota y la división del chavismo por la base, no parece tener un argumento racional, cuando además suena que va a arrastrar al PSUV al fondo del mar, con el deterioro de su liderazgo. Los bolivarianos andan mascullando su jarretera, maldiciendo el paquete de leyes; qué será si reciben escarmiento de votos otra vez.
Sicólogos y siquiatras dirán que un temperamento narciso exacerbado no tolera que se mueva una hoja sin que el hecho gire alrededor de él. Eso, más incluso que algún asesoramiento marxista ojeroso de Harnecker, Dieterich y otros pterodáctilos sobrevivientes del jurásico superior, pareciera ser la explicación. Añadiríamos que el personaje, afectado a los 55 por una niñez tardía, juega con el país sin medir ni importarle las consecuencias de sus actos para los seres humanos concretos.
Algunos individuos en edades menos comprometedoras, realizan actos de crueldad que preocupan a los padres, tales como meter el gato en un microonda, cegar al perro o cortarle las alas a un pájaro, pero eso es muy distinto. "Utilidad pública" Las fuerzas democráticas -esperamos al movimiento estudiantil- resolverán la ecuación del examen anterior: explicarle a la ciudadanía cómo la propiedad de su carnicería, abasto, camioneta de pasajero, taxi, e incluso su vivienda, puede ser considerada "de utilidad pública", según la ojeriza de algún miembro del consejo comunal, versión del viejo CDR fidelista, para que la vida se amargue.
Las campañas de los candidatos a gobernadores y alcaldes tendrían que instalarse en los temas que preocupan a las comunidades de estados y municipios en concreto y no en debates jurídicos o constitucionales, importantes en otros ámbitos. Como no estamos en una academia sino en unas elecciones, todo debe medirse en función de su efecto en el resultado electoral. Las cosas mejoran.
Ya Enrique Mendoza le dijo a Roberto Giusti que después del 15 de septiembre apoyará a Capriles Radonsky, una vez se conozcan los resultados -que todo el mundo conoce de antemano- de una encuesta que encargó. En Chacao y El Hatillo, independientemente de problemas, no hay riesgo. Cosas graves ocurren en Zulia, Sadi Bijani tiene un cinco por ciento que puede hacer perder a Pablo Pérez, lo que sería escandaloso, y en la Alcaldía Mayor y en Libertador, si no hay acuerdo unitario perderá la oposición.
O mejor decirlo al revés: si la oposición persiste en la demencia imperdonable, le entregará la plaza al chavismo. En Táchira, el parecer, ya existe una fórmula para resolver el desaguisado.

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