jueves, 9 de septiembre de 2010

LOS FARISEOS DEL TEMPLO

PEDRO LASTRA
Por ahora, a entrar por la puerta grande a la asamblea y expulsar a los fariseos. Sin traicionar el verdadero objetivo: sacar a Chávez del poder y confinarlo en una cárcel de máxima seguridad. Hasta que se pudran sus huesos. No hacerlo sería un crimen aborrecible de un país cuyo gobierno avergüenza a la región y ha llegado demasiado lejos en la lista de los gobiernos forajidos del mundo.

Si con los ciento cincuenta mil asesinatos directa o indirectamente propiciados por un régimen que no ha tenido jamás la seguridad de los ciudadanos entre sus preocupaciones ni principales ni secundarias – y jamás ha encontrado en el presidente de la república la voluntad de ponerle atajo con serias políticas públicas; si con el millón de millones de dólares devorados por la ineficacia y la corrupción del régimen más inmoral de que tenga memoria la historia de la república en sus doscientos años de fundada; si con la crisis de energía en el país con una de las mayores reservas de petróleo del mundo, la pudrición de ciento setenta mil toneladas de alimentos y el mayor desprestigio de gobierno venezolano alguno en el mundo democrático no hubiera sido suficiente, ahora el régimen en cayapa, desde el caudillo hasta la llamada defensora del pueblo y desde la presidenta del TSJ hasta las fuerzas armadas en pleno, todo ello bajo la conducción del más caradura e inmoral de los fiscales generales de la república, Luisa Ortega Díaz, ahora el chavismo decide mancharse las manos de sangre asesinando a un solitario campesino venezolano que reclamaba, sin molestar a nadie, que le devolvieran las tierras que le habían robado. ¿Habráse visto gobierno más desalmado y forajido que el que encarcela a un ciudadano en huelga de hambre e impide que sea protegido y salvaguardado de los efectos de una decisión tan extrema y radical, aunque comprensible y ejemplar?

¿Cuándo iba a imaginar la china, esa que armaba peos en la facultad allá por los setenta en sus tierras aragüeñas vestida de jeans y armada con la hoz y el martillo, que gracias a un golpista reo y confeso, un teniente coronel felón y asesino, llegaría a empinarse hasta la propia Fiscalía General de la República para avalar el asesinato de un pobre agricultor de Río Caribe? ¿Y que llegando al colmo de la canallada, ella, que lo confinó en el psiquiátrico de los militares bajo la falsa acusación de estar loco, culparía a su mujer y a sus hijos por haberlo “inducido” a ser detenido y encarcelado bajo las garras de médicos dignos de los campos de concentración nazis? ¿Cuándo, que los responsables por arrancarlo de las puertas de la OEA y enclaustrarlo bajo las cuatro blancas paredes del Auschwitz sanitario de la fan no había sido ella – así lo sepan titios y troyanos – sino su propia esposa y los hijos que con ella procreara?

Tiene absoluta razón la diputada Riolobos, del PP español, al considerar que ésta del golpista de Sabaneta es una dictadura del mismo talante que la cubana de los Castro. Pues estas desalmadas e inmundas acusaciones de Ortega Díaz y sus criminales efectos sobre inermes ciudadanos sólo se las ha visto el mundo – y ahora como calcadas por ella – bajo los regímenes totalitarios de Stalin y Hitler, de Mao y Fidel Castro, de Kim Il Sun y su hijo. Pinochet no disfrazó sus asesinatos bajo el manto de loqueros y hospitales militares. Asesinó, y punto. Y pagó por ello. Como sus esbirros, que hoy pagan cárcel. Como lo pagaron Göring y Goebbels, Beria y Himmler y todos quienes fueron ahorcados tras el juicio de Nüremberg.

Luis Ortega Díaz deberá ir presa y ser condenada por ese y otros asesinatos. Como Luisa Estela Morales y la defensora del pueblo (Gabriela Ramírez) . Como una larga lista de asesinas al servicio de la dictadura. Como una centena – por lo bajito – de esbirros, ladrones y asesinos del entorno del Hitler caribeño. Uniformados y civiles. Con algunas familias completas y la confiscación de su mal habido patrimonio. Como es el escandaloso caso de los Rangel y los Cabello.

Tres compañeras -Ortega, Morales y Ramírez- para las 4 pajizas del CNE
Por ahora, a entrar por la puerta grande a la asamblea y expulsar a los fariseos. Sin traicionar el verdadero objetivo: sacar a Chávez del poder y confinarlo en una cárcel de máxima seguridad. Hasta que se pudran sus huesos. No hacerlo sería un crimen aborrecible de un país que ha llegado demasiado lejos en la lista de las naciones forajidas del mundo.

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