viernes, 2 de octubre de 2009

En módulos de Barrio Adentro Antímano se refugian delincuentes

Stalin González
(El Nacional 30.09.09)

El Mié a las 22:26
La comunidad propone convertir las edificaciones abandonadas en hogares de cuidado diario o canchas deportivas. El módulo de Barrio Adentro localizado en el sector La Esperanza, en Antímano, no le hace honor a la denominación del lugar donde fue edifi cado hace cinco años. En la actualidad es una infraestructura abandonada, llena de escombros y de animales. Con las paredes agrietadas y las ventanas rotas, lo que comenzó en 2004 como una promesa de atención a la salud primaria y de solución para el barrio, ahora permanece inactivo con un destino incierto.

"La comunidad compró el terreno y acordamos la construcción del módulo. Lo levantaron rápido; en menos de seis meses estaba listo y nosotras, muy contentas", relató la vecina Leidy Barcas. "Nos hacía falta porque allí se resolvían las emergencias y había dos médicas cubanas que vivían permanentemente en el lugar. Pero eso duró menos de un año".

Las especialistas de la isla caribeña tuvieron que ser desalojadas porque el terreno donde se construyó el módulo comenzó a ceder. De acuerdo con las denuncias, no se tomaron previsiones para hacer un muro de contención ni se echaron los cimientos para que la infraestructura resistiera el peso de un consultorio de dos niveles.

"Cada vez que llovía se cuarteaba el piso, y las muchachas se asustaron", indicó Yajaira Carreño, miembro de la comunidad. Dos semanas atrás, un niño de tres años murió por la mordida de un alacrán. Las vecinas están convencidas de que se hubiese salvado con la atención oportuna. Explicaron que hace un mes una familia invadió el módulo. Intentaron instalarse, pero la comunidad lo impidió.

"Hubo una época en la que vinieron los huelepiedra y tomaron el lugar. Para nosotras es muy peligroso", aseveró Alide Moreno, una de las voceras del sector, conformado esencialmente por mujeres.

"Tanto dinero perdido", afi rmó con tristeza Miriam Castro, quien apoya la propuesta de que la infraestructura se adapte para un hogar de cuidado diario o se retome la idea del consultorio médico. "Eso nos permitiría trabajar a las mujeres que vivimos aquí", agregó.

Historias repetidas. El módulo Gran Mariscal de Ayacucho, localizado en Mamera I, corrió con mejor suerte. Durante cinco años han atendido pacientes y funciona normalmente.

La consulta la hacen médicas y odontólogas cubanas, que residen en el segundo piso.

La puerta de entrada es una pesada reja. La enfermera venezolana Clotilde Becerra indicó que en la zona hay inseguridad, pero que los vecinos defienden la integridad de los especialistas que allí laboran.

Sin embargo, advirtió que no es descabellado que un transeúnte cualquiera quede atrapado en medio de un tiroteo.


En el sector Matapalo-La Bomba, también en Antímano, sólo quedan los cimientos de lo que alguna vez fue un módulo médico. Construido en 2005, sólo sobrevivió un año. Las razones por las que los médicos tuvieron que ser desalojados fueron las mismas que en el sector La Esperanza. Levantaron el módulo directamente sobre el terreno, sin echar las bases necesarias para que resistiera en el tiempo.

Una vez que los médicos se fueron, la infraestructura quedó como un lugar para que los delincuentes depositaran lo robado durante el día. Servía como fumadero e, incluso, hubo denuncias de que lo usaron para violar a una niña. "Ese esqueleto tiene un año así. Prefi rieron derrumbarlo, y se robaron las rejas y las ventanas. Antes atendían a toda la gente de por aquí, aplicaban tratamientos. Ahora ni la basura recogen", señaló la vecina Carmen Blanco.

Hay un grupo que quiere echar abajo lo que queda, y construir una cancha deportiva, pero Blanco no comparte la idea: "Yo prefiero que construyan de nuevo el módulo, pues nos ayudaba mucho".

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