martes, 4 de agosto de 2009

Yon Goicoechea // Educación bolibanana


Los venezolanos no queremos una escuela socialista sino una moderna y de calidad
Es innegable que la educación venezolana debe ser repensada. Nuestro sistema actual hace imposible la movilidad social que, cuatro o cinco décadas atrás, permitió y promovió. Hoy las escuelas públicas son escuelas de pobreza. Desvencijadas y condenadas al ostracismo se caen a pedazos.

La deserción escolar condena a los niños de hoy, ampliando la brecha social de los hombres del mañana. Los maestros están sometidos a salarios bajísimos, indignos de su labor, etc., etc. Ahora bien, la reforma que propone el gobierno es superficial y artificial. Es superficial porque no atiende los problemas de fondo: la desigualdad de oportunidades entre nuestros niños y el anacronismo educativo.

La desigualdad que viene dada por la diferente calidad de la educación impartida en planteles públicos y privados y por la pobreza en sí misma. El anacronismo es consecuencia de un país "novocentista" y afecta a todos, en mayor o menor medida.

Es artificial porque pretende solucionar los problemas ficticios de los igualitaristas de palacio y no los de la gente común.

Los venezolanos no queremos una escuela socialista sino una buena escuela, moderna, de calidad, que permita el desarrollo humano y la formación de ciudadanos capaces de superarse.

Los padres mandan a sus hijos a la escuela para que puedan vivir mejor de lo que ellos vivieron, no tiene nada que ver con el Che, Fidel, la izquierda o la derecha.

Apoyaría la reforma si fuese para sustituir lo que gastamos en armas por inversión en escuelas.

Apoyaría una reforma para que niños pobres y ricos, tuviesen la misma oportunidad de desarrollarse con esfuerzo propio, sin privilegios ni resentimientos.

Apoyaría la liberación humana, a través de la inteligencia y la creatividad, pero nunca la dominación dogmática y totalitaria.

India y China decidieron invertir en matemáticas, física y química, en consecuencia, lograron la mayor superación de pobreza de las últimas décadas
¿Por qué apostarle al Che y no a Einstein?

No hay comentarios: