martes, 19 de octubre de 2010

Izquierdas, derechas y el PSDV

El tránsito de un régimen pretotalitario a un sistema plenamente democrático, que el abandono por parte de las mayorías nacionales de un proyecto totalitario que se autodefine como de izquierda socialista radical necesitará de una vigorosa izquierda democrática que, siendo expresión de los sentimientos de cambio

Por: Enrique Ochoa Antich




Por comodidad, de la revolución francesa a esta parte, hemos dividido los escenarios políticos en izquierdas y derechas: más hacia allá, más hacia acá. Centroizquierdas, izquierdas radicales, centroderechas, ultraderechas.

Aunque es verdad que en el tiempo las referencias ideológicas se han hecho más difusas, y sus fronteras menos claras; que la superación de consagrados dogmas doctrinarios ha hecho de la política un oficio, un arte si se quiere, más emparentado con los programas que con las ideologías, sostengo que al menos en términos de inspiración espiritual, las ideologías no han perdido su vigencia... y no deben hacerlo. Dan trascendencia a la política.

La hacen menos pedestre, menos pragmática. Despiertan el sueño y la esperanza de los pueblos sin los que nada grande puede edificarse. La izquierda identifica en general, y ha de seguir haciéndolo, a aquellas fuerzas que propician más el cambio que la conservación, que suelen ser más liberales en lo social y cultural, que admiten con más flexibilidad la necesaria participación reguladora del Estado en los asuntos de la economía, que expresan más los intereses de los trabajadores y de las clases medias bajas.

Por contrario, la derechas tienden más a la conservación de las tradiciones, suelen ser más pacatas en lo cultural y en lo social, desconfían del Estado como actor regulador de la economía, y expresan más los intereses de las altas clases medias y de los sectores del empresariado.

Esto en líneas muy generales, claro. En cada país, en cada circunstancia histórica aparecerán fuerzas que, en términos reales, mezclen algo de izquierda con algo de derecha o algo de derecha con algo de izquierda. Einstein decía que en cada uno de nosotros están presentes estas dos pulsiones en permanente tensión.

Tal vez en la sociedad sólo se expresa colectivamente la suma variable de esta conformación humana, incluso genética, de los individuos.

Sostengo que el tránsito de un régimen pretotalitario a un sistema plenamente democrático, que el abandono por parte de las mayorías nacionales de un proyecto totalitario que se autodefine como de izquierda socialista radical (aunque buena parte de sus características sean propiamente fascistas tal vez por aquello de que los extremos se tocan), necesitará de una vigorosa izquierda democrática que, siendo expresión de los sentimientos de cambio y de los valores de reivindicación de los derechos económicos y sociales (y no sólo de los derechos políticos y civiles), pueda representar en la nueva Venezuela que está por nacer los intereses de las grandes mayorías depauperadas.

Es por eso que creo que se requiere de la conformación de un Polo o, aún mejor, de un gran y nuevo Partido Socialdemócrata de Venezuela (en cualquier caso, el PSDV) a partir de las organizaciones que hoy promueven el ideal y el programa de una democracia social que permita la construcción de una sociedad con libertad pero con progreso material y justicia social para todos. La próxima semana volveremos sobre el tema.

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