domingo, 21 de febrero de 2010

Crónicas de la Gran Guerra Independentista

Gustavo Coronel.
Campamento de las Fuerzas Libres de Occidente
Destacamento Venancio Pulgar

Desde el campamento de Dabajuro, entre los saludos entusiasmados de sus soldados, el general Pablo Pérez ha afirmado que la secesión terminará el día, ya muy próximo, que el déspota sea puesto prisonero y sometido a las autoridades para ser juzgado por un tribunal de guerra sumarísimo. Dijo: “La República del Zulia regresará voluntariamente a la unión, una vez que todo el territorio esté bajo el control de las fuerzas democráticas”.

Despacho Número 4 de la mesa del general Finol.
Dabajuro, Junio 14, 2011.
Las tropas del Coronel Hermágoras Finol descansan hoy en Dabajuro, después de haber ganado la gran batalla del Rio Lagarto, batalla que ha sellado la independencia de los territorios del Occidente y su asimilación a la nueva República Independiente del Zulia. El mismo Presidente de la República del Zulia, General Pablo Pérez, le ha concedido a Hermágoras Finol su ascenso a General de tres soles. Lo hizo en el campo de batalla, la única manera de colocarle tres soles a un general, por sus méritos en la acción. Nada como la deshonrosa payasada del dictador Hugo Chávez, quien ascendió a Lucas Rincón, Raúl Baduél, Jorge Garcia Carneiro y Gustavo Rangel a esa categoría, sin que hubiesen participado en batallas que no fueran con una botella de whisky de 18 años.

Desde hoy todo el Occidente, desde Chichiriviche hasta Perijá y desde Paraguaná hasta el Táchira, lo que antes fuera territorio venezolano, es parte de la República Independiente del Zulia. Sobre el nuevo territorio ondea la bandera blanca con el rayo del Catatumbo como único símbolo de supremacía. Esta nueva república posee el 40 por ciento de la producción petrolera y la mayor riqueza ganadera y agrícola de lo que era Venezuela, y posee, además, una población activa, dedicada al trabajo, desde los calores de Lagunillas hasta los páramos de Apartaderos. Esta población está animada de un encendido patriotismo por su nueva república, hastiados de ser humillados por un payaso indigno, quien ahora ha tenido que retroceder precipitadamente hacia Caracas con los restos de su ejército. En la zona central han surgido numerosos focos de resistencia armada que amenazan con exterminarlo.

El diezmado ejército del traidor y déspota Chávez Frías, casi todo integrado por mercenarios Cubanos quienes arrastran laboriosamente tostadoras, lavadoras y aparatos de aire acondicionado en su retirada, estuvo a punto de colapsar en Guacara, pero fue salvado a última hora por la indecisión del caudillo local, Hernando Sosa Romero, quien pedía que le concedieran a perpetuidad el Virreinato de Puerto Cabello a cambio de su adhesión a las fuerzas independentistas. Nadie en las fuerzas liberadoras quiso entrar en negociado tan mezquino y un informe de última hora indica que HSR ha sido colocado bajo arresto domiciliario.

En este momento, por lo tanto, los contingentes remanentes de lo que el déspota llama la milicia popular de la República Socialivariana de Venecuba se encuentran entre Las Tejerías y Paracotos, más cerca de la una que de la otra. Están cogidos, perdón por la expresión, en un movimiento de pinzas, por las fuerzas de la República Independiente del Zulia, por un lado y por las guerrillas de los Altos Mirandinos, al mando del Kutusov de Los Teques, Enrique Mendoza y sus capaces águilas guerreras Capriles y Ocariz, por el otro. Se puede decir que los días de Venecuba están ya contados. En un tanquero petrolero que intentaba darse a la mar desde La Guaira, embadurnados de petróleo como camuflaje, fueron encontrados y reducidos a prisión Rafaél Ramírez, José Vicente Rangel y, con disfraces femeninos, Jorge Rodríguez, Jesse Chacón y Willian Lara.

Los informes que hemos recibido desde Caracas nos indican que el Eléctrico Alí prefirió el camino del auto-suicidio. Dejó una nota donde decía que la similitud con el Químico Alí de Irak seguramente lo hubiera condenado a la horca y que él prefería una sobredosis de pastillas para dormir. Carlos Escarrá se ha rendido a las fuerzas expedicionarias comandadas por su hermano Hérman, alegando que él nunca se equivocó con Chávez y que hubiera sido cuestión de tiempo para que él lo neutralizara. Habló de Pablo Pérez, el presidente de la República Independiente del Zulia, como “el nuevo sol que acaricia al lago con sus rayos magníficos”. Se ha recibido en Maracaibo un mensaje urgente de Roy Chaderton en el cuál ofrece sus servicios de carrera al nuevo gobierno.Sin embargo, ya se sabe cual es su carrera.

El Comandante venecubano Arias Cárdenas acaba de entrar al campamento principal en Dabajuro, agitando una bandera blanca y portando el video donde él acusa a Chávez de genocida. “Aquí está la prueba”, dijo, “de mi batalla contra el déspota”. El gallináceo Arias espera que la gente tenga mala memoria pero está más equivocado que el carajo.

El mundo ha contemplado con asombro la rapidez con la cuál el Zulia y todo el Occidente se han levantado contra un déspota quien parecía tener el más férreo control sobre el país. Un periodista estadounidense habló con un rudo maracucho, quien se comía un chivo al coco en el campamento de Dabajuro. El maracucho le dijo: “vergación mijo, ese chávez me tenía el ciruelo lleno é pepas. Lo úrtimo que hizo fue dejar que se cayera el puente sobre el lago. Vos creeís que eso se podía aguantar?. Le dimos tanto carajazo que quedó como pocillo é loco”.

El cronista tradujo para el Iowa Tribune:“Un habitante del Zulia explicó la reacción diciendo que “Claro, el dictador había abusado de la paciencia de los zulianos y que la gota que rebasó el vaso fue la caída, por negligencia gubernamental, del puente sobre el Lago. Por ello, reaccionaron tan violentamente, pegándole una y otra vez con una lata de café que quedó demente”.

Desde el campamento de Dabajuro, entre los saludos entusiasmados de sus soldados, el general Pablo Pérez ha afirmado que la secesión terminará el día, ya muy próximo, que el déspota sea puesto prisonero y sometido a las autoridades para ser juzgado por un tribunal de guerra sumarísimo. Dijo: “La República del Zulia regresará voluntariamente a la unión, una vez que todo el territorio esté bajo el control de las fuerzas democráticas”.

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